jueves, 13 de mayo de 2010

HOY,HE VISTO AMANECER

Hoy, he visto amanecer, pero no era un amanecer cualquiera, no lo miraba con tristeza, ni con alegría, tampoco lo miraba con desesperación, ni con rabia, no lo miraba con los ojos que lo ven los enamorados. Hoy, lo miraba como el amanecer de la mañana, con un sol ardiente que se hacía aparecer lentamente desde aquella colina en la que siempre se asomaba.

Al lado de aquel sol anaranjado se veía el despertar de un ruiseñor que a segundos después emprendía una de sus lindas canciones. Desde el árbol en el que el ruiseñor piaba alegremente, se veía aquella calma serena del mar, en la que sus olas se rompían acordes con las agujas del despertador, aquella mar serena y tranquila no hacía nada más que remover la blanca y blanda arena en la que todas las mañanas a esa misma hora, andaba por allí una bella chica que iba dejando por la arena un camino resplandeciente con sus pies, aquella chica era la envidia de la mar y cada mañana que ella pasaba por la azulada orilla, la mar intentaba mojar sus rodillas con el agua cristalina…

 Volviendo al amanecer del sol.¡Ya está a punto de verse por completo!, en aquel cielo azulado con sus nubes blancas que decoraban el cielo, como si fuese un cuadro pintado por un extraño. El sol ya está en lo alto del cielo presumiendo de su majestuosidad y por mi ventana uno de los reflejos llega dando un toque de esperanza a la habitación.

Desde aquel amanecer, las demás mañanas parecían como un leve sonido de cascabel que en alguna parte del mundo un chiquillo las hacía sonar.

Y…dime tú, ¿alguna vez vistes aquél amanecer?


Juan Palenzuela Segura 4ºC