domingo, 6 de octubre de 2013

EL GATO DE UNA VIDA



Una mañana, Antonio, como de costumbre, fue a pasear a su gato. Y, a mitad de camino, un señor barbudo le preguntó directamente: ¿ Me das tú gato para poder comprobar la letalidad de un gas que he descubierto?
 
 
Antonio le respondió: Este gato lo compré hace dos días y, sólo me viene causando problemas, si me pagas por él lo que me costó te lo vendo.
 
 
Efectivamente, ambos llegaron a un acuerdo y, el gato fue transmitido.
 
 
Dos semanas mas tarde, el actual propietario del gato avisó a Antonio que iba a realizar el experimento con el animal. El antiguo propietario se sentía dichoso porque, definitivamente iba a deshacerse de aquel molesto felino.
 
 
Cuando ambos llegaron al lugar donde tendría lugar el experimento, el señor barbudo, el científico, manifestó sin más dilación a Antonio que ese era el lugar elegido para realizar su acción, que para ello cavarían un hoyo en la tierra y, una vez abierto, el gato sería depositado en el interior de una caja junto con el gas letal.
 
 
Con mucho cuidado los dos depositaron en el socavón que hicieron la caja que contenía al animal en su interior, así como fueron introduciendo el gas pausadamente. Cuando todo finalizó, volvieron a tapar el hoyo y, unas horas después de llevar a cabo el experimento, el señor científico exclamó:
 
 
¨No sé qué ocurrirá en el momento en el que desenterremos la caja, ya que, el gas puede continuar siendo letal después de haber transcurrido cierto tiempo¨.
 
 
 Finalmente, la caja se dejó bajo tierra y, nadie volvió a hablar de ella.
 
 
                    Redactado por:      Álvaro López Pastor      nº 5     3ºA     6/10/2013