sábado, 5 de octubre de 2013

UNA NOCHE INESPERADA

Salí a calle y consulté el reloj.Era más de media noche. El aire era frío, helaba y en aquella parte de la ciudad no andaba casi nadie pensé que si caminaba más deprisa no iba a sentir frio. Metí las manos en los bolsillos del abrigo y partí. Avancé unas cuatro calles y llegué a una avenida con árboles en ambos lados. Escuché un vehículo que avanzaba en el mismo sentido que yo. Al pasar por mi lado gritaron mi nombre y pillé un gran susto me giré y vi que eran dos payasos tenían la cara completamente pintada al ver mi reacción los payasos se rieron de mí, aceleraron y doblaron dos calles más adelante. ¡Vaya payasos! Idiotas pensé yo seguramente pertenecían al circo de la ciudad.
 
Más adelante reconocí el ruido del coche antes de que pasaran por mi lado me giré hacia ellos y les hice un gesto con la mano, más inmediatamente me arrepentí, porque los arlequines me miraron con una cara mirada tenebrosa. Por un momento creí que iban a detenerse pero siguieron aunque el que iba de pasajero evidentemente no estuvo de acuerdo y ví que se alejaron peleándose.
 
Por culpa del forcejeo el auto se apresuró, se desvió hacia un lateral subiéndose a la acera y se estrellaron ruidosamente contra un árbol.
 
Pensé que aquellas dos se merecían lo que les había pasado pero después me arrepentí saqué el teléfono y llamé a la ambulancia. Luego corrí hacia el utilitario.
 
Uno de los payasos había salido despedido por el parabrisas y el otro estaba entre las chapas retorzidas.A uno de ellos se le desprendió en parte la piel de la cara y cuando se levantó rapidamene todo el rostro se la cayó al suelo. ¡Era una máscara pense yo!
 
Redactado por : Rosa María Soler Moreno curso 3º ESO A