-- Estábamos en el aeropuerto, ansiosos de comenzar el viaje, hasta que por fin anunciaron nuestra puerta de embarque.
Soy Ana y me encuentro en el avión con destino a París, viajo con mis padres, los padres de mi amiga, y Noelia.
No estoy segura de la duración del viaje ya que me quedé dormida.
-¡Ana despierta! dijo Noelia.
Todavía estaba dormida pero conseguí despertarme.
-Voy, voy dije.
-¡Hemos llegado a París!
Rápidamente cogimos las maletas y bajamos a la pista de aterrizaje. La temperatura era agradable aunque estábamos en Noviembre, el cielo se encontraba nublado.
Llegamos al hotel y nos acostamos directamente.
Al día siguiente fuimos a visitar la ciudad, todo era precioso y estaba lleno de turistas.
En un restaurante francés comimos unos caracoles enormes.
A las 16:00 comenzó a oscurecer, por lo que visitamos la Torre Eiffel, era preciosa iluminada y un músico tocando el acordeón.
-Noelia, ¿Ves esa mancha negra?
-Si, ¿por?
-Es un hombre, ¡Se va a tirar!
-¡Qué dices!
Todo el mundo se percató y comenzaron a decirle en todos los idiomas: ¡No te tires!
Pero él no hizo caso, cayó sobre un puesto de flores y las rompió todas.
La gente llamó a la ambulancia y la policía, también llegó una nube de periodistas. El suicida seguía en el suelo atontado por la caída, corrimos a ayudarle, hacía frío y le tapamos con nuestros chaquetones para resguardarle hasta que se lo llevaron al hospital. Muy agradecido nos sonrió mientras lo subían al vehículo. Finalmente volvimos al hotel y con el tiempo supimos que se recuperó.
Redactado por : Ana Valera Rivera nª 27 3ªESO B
