martes, 27 de abril de 2010

MERIENDA CON AMOR.

-¿A casa de la abuela?
-Sí, a casa de la abuela, te quedarás con ella hasta que yo vuelva de trabajar, Marta.
-¡Pero no quiero ir! Quedaré con mis amigas...
-No, esta vez irás.
-¡Pues no pienso ir!
 
A las cinco en punto estaban frente a la puerta de la enorme casa de la abuela.
Marta pensaba que esta tarde iba a ser aburridísima, que estaría todo el rato escuchando viejas historias largísimas y pesadas. La que abrió la puerta fue ella, la abuela, y muy amable le dio un beso de los que tanto odiaba ella y enseguida su madre se fue. Le dijo que esperara en el salón, que le iba a traer una merienda que había hecho para ella.
El salón era enorme con un montón de libros y sillones viejos.
La abuela entró con una sonrisa de oreja a oreja y le dejó la merienda en la mesa, enseguida preguntó lo que la nieta tanto deseaba no escuchar.
-¿Quieres que te cuente algo?
-¿Cómo qué?
-Pues...cómo conocí a tu abuelo,por ejemplo.
Eso le rompió los esquemas, era algo que no se esperaba y que, al contrario de lo que pensaba antes de entrar, eso si que lo quería escuchar.
-¡Vale!
 
Creo que empieza así..
 
Madrid, 2 de Junio de 2002. Universidad de medicina.
 
-¿María Montes?
-¡Aqui!
-Tú irás a las prácticas de medicina en...Almería.
-Está bien, profesor.
 
El 5 de Junio estaba en Almería con una maleta, 100€ en el monedero para toda una semana y frente a mi nuevo piso de alquiler preparada para pasar allí mis, no creo que muy emocionantes, prácticas de medicina.
La casa era acogedora, no muy grande pero para estar allí tan poco tiempo no me importaba como fuese.
De repente, sonó el teléfono:
-¿María Montes?
-Sí, ¿Quién es?
-Mañana en el despacho nº 22 del hospital Torrecardenas a las 9:00.
-Val..- Ya había colgado. Por hoy ya era bastante, primero el viaje y ahora esto. Después de cenar lo poco que compré, me acosté.
 
 
A las 8:00 sonó el despertador, me arreglé lo mas rápido que pude y estuve en el despacho nº 22 a las 9:56.
Allí se encontraba ya el médico Jiménez,como si llevase allí desde las seis.
Nada mas verme se levanto y se presento muy amable, al contrario que por teléfono. Era alto,delgado,muy joven pero algo mayor que yo. En ese mismo instante el corazón me dio un vuelco muy extraño que no había sentido antes tanto como ahora. Creo que me había enamorado, además lo conocía de antes, era el mejor amigo de mi hermano mayor y muchas veces, cuando venía a casa, hablábamos.
Así que...quién me iba a decir que en esas estúpidas prácticas de medicina iba a conocer al amor de mi vida...
 
 
Sin darse cuenta Marta se había comido todo lo que la abuela le había preparado, la historia le había encantado, había sido mucho mejor que todos los libros que se había leído en ese año.
Y entre historias y una buena merienda esa tarde que la abuela le preparó con tanto amor fue inolvidable.
 
 
Adela Bravo Juan, Nº2         3ºB