martes, 27 de abril de 2010

relato

David Samuel Rueda Nieto Nº27 3ºD ESO

Oswold y Publio

Hacia el año IX D.C. a orillas del Danubio, estaban las poderosas legiones romanas listas para la gran batalla por la toma de Germania. El ejército romano estaba demasiado confiado debido a los grandes dotes estrategas de su general Publio Quintilio Baro.
Pero lo que los guerreros de Roma no sabian, era que, al otro lado del río, en las sombras de los árboles,aguardaba un enorme ejército germano dispuesto a pelear y vigilando sus movimientos, ellos tenían a la cabeza a un general temido por toda Roma, ese era Oswold, el germano y era un gerneral y un guerrero extraordinario.
Se levantó al cabo de unos minutos una peligrosa ventisca helada que hizo que los romanos descubrieran la posicion germana. Los romanos, al ver a los germanos fueron detrás de ellos hasta que los perdieron cerca del claro del bosque. Los bárbaros se escondieron entre los árboles del claro para emboscar a los legionarios.
Allí, en el claro, las legiones fueron sorprendidas por la inesperada emboscada de los nórdicos, y pocas horas después los flancos de los romanos estaban muy deteriorados y dañados y también con la ventisca encima eran mucho más vulnerables, pero, un rato mas tarde los germanos tambien se veían con dificultades para luchar, pero en en campo de batalla aun así quedaban dos guerreros...
Publio y Oswold seguian matando hombres sin piedad alguna llamandose a gritos, pronto se encontraron y fueron al ojo de la ventisca mientras peleaban salvajemente, hasta que, a la noche, dejaron de pelear, y, cansados, se levantaron con las pocas fuerzas que les quedaban, juntaron sus armas y las levantaron en signo de igualdad y amistad...