martes, 27 de abril de 2010

RELATO

En un día apacible en el mar se divisaba un pequeño bote en el que estaba muchacho de pelo corto y castaño, con una camiseta algo vieja y desgastada y unos pantalones holgados que le llegaban hasta las rodillas.

Se encontraba durmiendo, de pronto una gran ola lo despertó y vio que se aproximaba una tormenta intento mantener el bote a flote.

No pudo, el chico se mantuvo a flote gracias a un tronco del bote, intento divisar un barco para que le socorrieran pero agotado se durmió.

Se despertó pero no en ese tronco si no en una habitación algo sucia y desgastada, intuyo que no estaba en tierra ya que se mecía y noto el olor a mar, ese olor que le recordaba a libertad y lo relajaba. Cerro los ojos intentando relajarse pero un ruido lo sorprendió.

Apareció un hombre de mediana edad con una cicatriz en el ojo llevaba una capa negra ribeteada con hilo dorado y con hombreras a juego, con una camisa roja y abierta y pantalones largos completamente desgastados

-¡¡por fin despiertas!!-dijo animado-te encontramos tirado en el mar- le dijo -¿como te llamas chico?-le comentó

-Koji-le respondió

-um...un nombre extraño, mi nombre es Edward estas en mi barco pirata y tendrás que trabajar para mi, es la tradición pirata: si alguien salva a otro su deber es trabajar para ese alguien-dijo con tranquilidad pero se sorprendió al escuchar al chico reír con fuerza-¿de que te ríes chico?

-porque siempre he querido ser pirata por eso me rio

-¿por que quieres ser pirata?-dijo el hombre descolocado ya que los piratas eran lo mas ruin del mundo

-porqué ellos son libres y quiero ser un valiente pirata y ser conocido-dijo mas alegre

-eso no es así no tenemos ni para comer

-pero veremos mucho mundo y podremos enriquecernos de sus conocimientos-le respondió muy alegre sin darse cuenta de la expresión de Edward

-tienes unas ideas alocadas pero me has caído bien ¡bienvenido!-dijo tendiéndole la mano y sonriendole.

Al pasar los años Koji aprendió grandes cosas: como medicina, cartografía, meteorología, esgrima e idiomas.

Todo ello gracias a su capitán que le enseño para que así se comunicara con la gente de otros países. Edward decía que solo servía para negociar con los comerciantes, pero Koji lo aplicó para hablar con las demás gentes y aprender.

Koji contrajo una extraña enfermedad que ni el conocía. Estaba en la cama timbado y con algo de fiebre, notó como abrían la puerta y vio que era su capitán

-te dije que ser pirata no era bueno, ahora estas enfermo y ni siquiera puedes ir a una isla para que te vea un médico

-me lo he pasado muy bien-dijo Koji con cansancio

-¡eres un idiota!- le respondió el capitán-¡estas enfermo! Y ¡¿piensas que te lo pasaste bien?!

-capitán yo ya se lo dije deseaba ser pirata y he tenido una vida como tal, le agradezco que haya sido mi capitán-le dijo con voz apagada y cerrando poco a poco los ojos-gracias-dijo Koji exhalando su último suspiro

-¡¡¡eres un idiota!!!-dijo Edward marchándose de allí con una pequeña lagrima-¿que te lo pasate bien?¡¿que tiene de bueno esto?! Los piratas no somos así, somos viles, crueles,si morimos a nadie les importa -dijo esto marchándose a su camarote y encerrándose allí.

Estefanía Fernández Martínez 4ºB